Siempre he oído eso de que hay mentiras piadosas. Una mezcla de pecado 'mentir' con redención inmediata 'piedad'. Algo así como poner una venda antes de que se haga la herida. Lo que le hicimos a Tape es algo más que esto. Un engaño manifiesto, pero con final feliz.
Nos planteamos la marcha de la Vuelta en Granada como penúltimo objetivo del año. Monachil y Sierra Nevada no son moco de pavo. Sonse tiró el guante, yo lo recogí y Tape tardó un minuto en apuntarse. Escri y José Manuel dudaron, pero un mes antes de la marcha ya estaban apuntados. Ahora, el problema estaba en 'engañar' a Tape durante casi un mes para que pensara que sólo íbamos tres...
Se consiguió. Eso sí, enganchando una sarta de mentiras que eso llegó a parecer una película española de los años 60. Y Tape llegó a Granada pensando que sólo íbamos a participar tres en la marcha, porque Escri ya había descubierto parte de su pastel subiéndose al coche. Quedaba el plato fuerte. El gancho, nada más que Alejandro Valverde. Quedamos en su hotel, hablamos con David Arroyo y cuando Míster Tape esperaba al murciano apareció José Manuel. Nos libramos de una paliza por poco...
Ya montados en la bici, el acudir cinco tíos a la marcha supuso que nos dieran el premio al club más lejano. El trofeo, en sí, no tiene mucha historia, pero subir al podio de la Vuelta aunque fuese un señor con bigote y no una azafata el que entregase el galardón merece la pena. Una foto para la posteridad.
Lo cierto es que hubo se sudar el galardón y no me refiero al calor granadino. Monachil ya me hizo jurar en arameo que jamás volvería allí, pero los cinco kilómetro iniciales de subida desde Guéjar Sierra hasta Pradollano me obligaron a implorar que trasladaran el Marie Blanque a Granada. El camino de cabras que diseñó Olano, con lo poco que le gustaba subir a este hombre, nos puso de por medio rampas de hasta el 19%, datos oficiales, y algunas curvas en las que había que subir sentado porque la bici derrapaba, y no precisamente por la velocidad.
Sensaciones no las tuve hasta que el puerto dejó de ser una pared para convertirse en una carretera. Entonces sí, piñones pa'bajo y a subir con aire de cara, que también se las trae. Y bueno... acabar el 41 de 300 participantes no está del todo mal.
Por la tarde, después de hacer que en el hotel nos facilitasen una habitación para ducharnos, nos tuvimos que 'colar' en la salida de la Vuelta. Pases Vip, comida y bebida gratis y situación privilegiada para ver la crono por equipos de la Vuelta. No está mal. Sólo faltó la entrevista a Valverde...
Encontrareis cualquier asunto relacionado con el deporte que suscite polémica.
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1 comentario:
Hay noticias de otra marcha de la vuelta a España lo digo por si entrevistamos de verdsad a Valverde por cierto escribe algo qie tienes esto abandonao...cachorrete.
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