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jueves, 10 de enero de 2008

hASta los cojones

Hay obsesiones difíciles de catalogar, pero a las que pronto se les encuentra una explicación sin indagar demasiado. El señor Ezquerro es un periodista que trabaja en el As y se dedica a escribir de ciclismo o mejor dicho de dopaje, porque parece que para él ambas cosas son sinónimo. Haciendo un somero estudio estadístico se puede observar cual es la temática de sus tres últimos reportajes. Lo adivinan... sencillo no, el dopaje en el ciclismo. El día 29 de diciembre hace una entrevista a Valery Karpin y titula "No me gustaría pagar a gente vinculada al dopaje". Curioso cuando el que habla es un futbolista al que no le hicieron en toda su carrera deportiva ni la décima parte de los controles que le hacen a sus ciclistas. Es más, ninguno de ellos fue de sangre y a las nueve de la mañana, por lo que pudo consumir cualquier sustancia que no aparezca en la orina.

El segundo, para abrir el año, nos cuenta que Alberto Contador va a liderar una generación de ciclistas 'limpios', dando por supuesto que todos los que antes han dado pedales iban dopados. Valiente afirmación, aunque no extraña de entender en alguien que ve jeringüillas en vez de corredores.

El tercero, paradojas del destino, es un caso de dopaje periodístico. Vamos, que le pone una entradilla distinta a un reportaje realizado por un periodista portugués y todo lo demás es copiar y pegar lo que él ha escrito. Además, el tema es más que recurrente. Los ciclistas españoles que han tenido que emigrar a Portugal porque la Operación Puerto no les deja vivir en España. Primero les trata como prófugos de la justicia y luego, por ciencia infusa, decide que Eufemiano Fuentes está actuando en Portugal.

Y por culpa mía y tardar demasiado en escribir, el otro día el amigo Ezquerro se volvió a lucir en la presentación del Saunier Duval. Lo más importantes no fueron Marchante, Riccó y compañía, sino que no estuvo Iban Mayo, al que la UCI se empeñó en volver a inculpar por dopaje cuando el contraanálisis había dado negativo.

Lo peor es que esta forma de hacer periodismo está creando escuela. La ARD, una televisión alemana, emite un reportaje en el que acusa a una treintena de deportistas de utilizar un laboratorio austríaco para realizarse transfusiones de sangre. Eso sí, sólo se atreve a hacer públicos los nombres de cuatro ciclistas. Que valientes estos alemanes. Ya saben que no les va a pasar nada ¿Harían lo mismo si fueran futbolistas o tenistas? Ya se lo respondo yo. No. El mejor ejemplo es la Operación Puerto, que sólo ha castigado a ciclistas. Siguen siendo los más débiles.

miércoles, 9 de enero de 2008

Cuando te acabas de acostar

Me jode y mucho, pero es algo que pasa continuamente. Estoy tumbado en la cama, haciendo hora para dormir y comienzo a divagar. Se me ocurren artículos de la ostia. Con verbo fácil y cuidada literatura. No es hora de ponerme a escribir, me digo siempre y me duermo con la esperanza de que cuando me despierte se mantenga todo guardado en mi cabeza. Y así estoy ahora, dándo vueltas a mis períodos pre sueños para acordarme de que era lo que quería plasmar en este blog.

Recuerdo, entre almohadas, que quería decir algo de la Vuelta. Ciclismo, para variar. Eso, que además de la exclusiva del recorrido del Tour, también tenía el de la Vuelta y una semana antes. No la escribí. Por un lado estuvo mi nuevo trabajo en El Día de Guadalajara, que no me deja demasiado tiempo libre, y por el otro el poco interés que demostraron los compañeros de los medios nacionales. Seguro que ellos, como yo, se sabían el trazado con suficiente antelación, las fuentes de información son conocidas por todos. Pero ya sabeís lo que pasa con el ciclismo en los medios. Que si hoy no cabe, que si no es de dopaje no interesa... la cantinela de siempre. Al final, una paginita en los diarios deportivos el día antes de la presentación y media en los de tirada nacional al día siguiente.

Bueno, con esto me conformo por hoy. Creo haber rescatado algo de mis recuerdos nocturnos, aunque seguro que mucho peor escritos. Para mañana, o pasado, me dejo lo de Óscar Sevilla, que eso parece más una pesadilla.