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miércoles, 13 de febrero de 2008

Contador contra los caciques

El ciclismo es algo muy parecido a lo que hizo Contador en Mallorca. Un pizca de locura, otra de cabezonería y mucho de reivindicación. El cóctel se combina en un espectáculo inesperado ante una sosa etapa de inicios de temporada.

Contador no luchó contra la carretera, ni contra el resto del pelotón. Peleó y se revolvió contra la injusticia de los caciques del ciclismo. De aquellos que se creen dominadores de la verdad por el sólo hecho de poseer el dinero. La guerra del madrileño se ha repetido a lo largo de los siglos. El Tour se ha olvidado del egalité de la constitución francesa y la ha emprendido contra un equipo de inocentes. Vinokourov y Kasheckin cometieron el delito. Pues bien, están sancionados. ¿Qué tienen que ver Kloden, Contador y Leipheimer con ellos? Esta cacicada sería impensable en otros deportes. Fernando Alonso no pagó porque pillarán a McLaren haciendo trampas y copiando a Ferrari y eso que él sabía lo que estaban haciendo. Tampoco dejan a Atlético de Madrid sin disputar la Liga porque Agüero marque goles con la mano. Y prefiero no hablar de cosas mayores.

Alberto Contador ya ha sido enjuiciado dos veces. En la Operación Puerto se le acusó injustamente, como ya se demostró. Ahora, él mismo ha respondido a la injusticia con tesón y lucha. Volvía de pegarme un palizón con la bici de 120 kilómetros y no pude despegarme del televisor. Ví a un tío sacando lo mejor de sí mismo mientras que por detrás los adalides de la limpieza, Cofidis y Francoise de Jeux, enfilaban el pelotón como si la vida les fuera en ello. Esos ciclistas estaban tirando piedras contra su propio tejado. No me extraña. Hipocresía, esa es la palabra. Y sino que se lo digan a Christian Moreni, corredor del Cofidis, que por la mañana estaba sentado en la salida del Tour para criticar a Vinokourov por dar positivo y horas después salía detenido por la policía francesa después de serle detectado un nivel fuera de lo normal de testosterona.

Ahora, sin en España sabemos defender lo nuestro, habrá que convocar manifestaciones para obligar al Tour a que admita al Astana del inocente Alberto Contador. Si le hubiera pasado a Alonso lo haríamos. Lissavetzky, ya tienes trabajo.