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martes, 9 de septiembre de 2008

Una reunión de amigos (XI Cicloturista de Consuegra)

Dice Federico Martín Bahamontes que los ciclistas que hablan mucho en el pelotón corren poco. Unzúe y Echavarri, dos maestros de esto, también coincidian en que cuando Indurain estaba muy dicharachero... malo. Hasta el mismo Perico, que no se calla ni debajo del agua, reconoce que solía permanecer en silencio los días importantes. Esta manía contra la verborrea que abunda entre los grandes ciclistas debe ser aconsejable, pero en mi persona es más que complicado de aplicar. Debo ser de los que dan la vara a todo el pelotón, porque después de cada marcha acabo conociendo a no menos de media docena de ciclistas y luego, pasa lo que pasa.

La XI edición de la Marcha Cicloturista de Consuegra reunió a muchos con los que he coincidido esta temporada. Vale que vengan los de Almagro, Sonseca o incluso Madrid, pero encontrarme a cicloturistas de Almería o el País Vasco que me conocían resultó ser una grata e inesperada sorpresa.

Al final, de los casi 170 que tomamos la salida podía hablar sin problemas con casi la mitad, así que me dedique a conocer al resto. Por una vez las piernas respondían al gusto del consumidor, así que a darle al palique durante los casi 105 kilómetros que duró la marcha. Es más, batí el récord del año pasado, en el que además de pedalear retransmití por el móvil la carrera.

Tuve que ahorrar palabras, sólo porque me faltaba el aliento, que conste, en los 10 kilómetros del final. Incluso se me entrecortó la respiración después de ver cómo media docena de compañeros rodaba por los suelos cuando el pelotón marchaba a casi 40 por hora. Esfuerzo y a enganchar con el resto.

Eso sí, en la subida al Castillo me marqué el ritmo Sastre. Tranquilito y a esperar como se movían en resto. Primero salió como una flecha Jesús Lucio Domínguez, ciclista amateur. Ni me inmuté. Esas aceleraciones son cómo agujas para mis piernas de diesel. Detrás de él una docena de ciclistas. Incautos. Me quedé en el puesto 13, a unos 100 metros del grupo cabecero. Cuando Domínguez pegó el último arreón aproveché la oportunidad. Muchos de los que intentaron seguirle acabaron pagando las consecuencias. Desfondados. Adelanté a varios para acabar noveno y llevarme mi primera botija. Calladito, eso sí, porque a casi 200 pulsaciones es más que complicado hablar.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Tape entrevista a Valverde (Marcha de la Vuelta)

Siempre he oído eso de que hay mentiras piadosas. Una mezcla de pecado 'mentir' con redención inmediata 'piedad'. Algo así como poner una venda antes de que se haga la herida. Lo que le hicimos a Tape es algo más que esto. Un engaño manifiesto, pero con final feliz.

Nos planteamos la marcha de la Vuelta en Granada como penúltimo objetivo del año. Monachil y Sierra Nevada no son moco de pavo. Sonse tiró el guante, yo lo recogí y Tape tardó un minuto en apuntarse. Escri y José Manuel dudaron, pero un mes antes de la marcha ya estaban apuntados. Ahora, el problema estaba en 'engañar' a Tape durante casi un mes para que pensara que sólo íbamos tres...

Se consiguió. Eso sí, enganchando una sarta de mentiras que eso llegó a parecer una película española de los años 60. Y Tape llegó a Granada pensando que sólo íbamos a participar tres en la marcha, porque Escri ya había descubierto parte de su pastel subiéndose al coche. Quedaba el plato fuerte. El gancho, nada más que Alejandro Valverde. Quedamos en su hotel, hablamos con David Arroyo y cuando Míster Tape esperaba al murciano apareció José Manuel. Nos libramos de una paliza por poco...

Ya montados en la bici, el acudir cinco tíos a la marcha supuso que nos dieran el premio al club más lejano. El trofeo, en sí, no tiene mucha historia, pero subir al podio de la Vuelta aunque fuese un señor con bigote y no una azafata el que entregase el galardón merece la pena. Una foto para la posteridad.

Lo cierto es que hubo se sudar el galardón y no me refiero al calor granadino. Monachil ya me hizo jurar en arameo que jamás volvería allí, pero los cinco kilómetro iniciales de subida desde Guéjar Sierra hasta Pradollano me obligaron a implorar que trasladaran el Marie Blanque a Granada. El camino de cabras que diseñó Olano, con lo poco que le gustaba subir a este hombre, nos puso de por medio rampas de hasta el 19%, datos oficiales, y algunas curvas en las que había que subir sentado porque la bici derrapaba, y no precisamente por la velocidad.

Sensaciones no las tuve hasta que el puerto dejó de ser una pared para convertirse en una carretera. Entonces sí, piñones pa'bajo y a subir con aire de cara, que también se las trae. Y bueno... acabar el 41 de 300 participantes no está del todo mal.

Por la tarde, después de hacer que en el hotel nos facilitasen una habitación para ducharnos, nos tuvimos que 'colar' en la salida de la Vuelta. Pases Vip, comida y bebida gratis y situación privilegiada para ver la crono por equipos de la Vuelta. No está mal. Sólo faltó la entrevista a Valverde...

martes, 2 de septiembre de 2008

Santificarás las fiestas

La Biblia no es mi libro de cabecera, pero la he leído. Quizás por eso me apliqué al máximo el mandamiento ese de santificarás las fiestas. No hay que perdonar ninguna y la boda de un amigo figura entre los momentos cumbres de la tradición festiva española. Si a estos compromisos ineludibles unes el ciclismo te sale un cocktel que se comienza a digerir un sábado a las 10 de la mañana con comilona y baile hasta altas horas de la noche incluído y acaba en resaca si le metes una cicloturista, por corta que sea.

Tres horas de sueño liviano y camino de Yepes. Marcha controlada, menos mal, pero tres tramitos libres con alguna rampa empinada. Eso sí, nada más llegar, la primera en la frente. Entre inscripciones, bostezos y demás nos perdimos el tramo neutralizado. Un cargo menos.

Los primeros kilómetros nos sirven para saber que la España de Gasol está aguantando a los NBA. Seguro que ellos no estuvieron el día anterior de boda... Enseguida encuentro la primera referencia. Alberto, del Club de Arganda. Rueda a seguir. La verdad es que no tenía ningún misterio. El primer tramo libre me pone en mi lugar. Una salida a un ataque en el llano y sufrimiento extremo en las rampas de subida a La Guardia. Sexto en la cima. Menos da una piedra. Menos mal que José Manuel ha hecho cuarto y salva la honra del club.

Todavía quedan cuatro del Deporsaburum por llegar. Raúl, 'Camuña's person', entra con los morros calientes. Se había empeñado en besar el asfalto pese al calor que hacía. La caída le obliga a subirse al autobús, qué envidia...

En el otro tramo libre, más de lo mismo. Vuelve a arrancar Alberto y nos deja a todos sentados. Esta vez hago octavo, pero con la sensación de haber desaprovechado mi mejor sprint en la rampa que no era. Sólo nos queda llanear hasta Yepes con aire de cara a 40 por hora y habrá terminado la tortura. Procuro no dar ninguna cabezada. ¡Que complicado es unir afición y devoción! Aunque todavía no se cuál es cuál.